Zico, uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos, poseedor de un talento fuera de lo común, autor de hermosos goles y coleccionista de títulos, celebró el 3 de marzo su 71º cumpleaños. Conocido como el “Galinho de Quintino”, apodo que hace referencia al suburbio de Río de Janeiro donde pasó su infancia, Zico, el eterno ídolo del Flamengo, marcó 854 goles en su carrera, 525 de los cuales están reconocidos por la FIFA, lo que lo sitúa oficialmente entre los 14 mayores goleadores del mundo.
El jugador se hizo famoso como el gran líder de una época dorada del Rubro-Negro de Río de Janeiro en las décadas de 1970 y 1980, ayudando al Flamengo a conquistar numerosos títulos, entre ellos la Libertadores y el Mundial de Clubes.
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Con la selección brasileña, disputó los Mundiales de 1978, 1982 y 1986, formando parte (en 1982, en España) de uno de los equipos más talentosos de la historia de los Mundiales, jugando en el centro del campo con otras estrellas: Falcão, Cerezo y Sócrates.
Entre sus hazañas figura el récord de máximo goleador en el Maracaná, con 334 goles en 435 partidos. Zico marcó 84 tantos de falta, según sus propios datos. Por ello, en 2001, la revista Placar le concedió el premio al mayor lanzador de faltas del fútbol brasileño del siglo XX.
El reconocimiento a su depurada calidad técnica y a sus goles decisivos, sobre todo cuando jugaba en el Flamengo, fueron decisivos para que la Revista Guerin Esportivo lo nombrase mejor futbolista del año en 1981. Repetiría este logro en 1983, en una elección promovida por World Soccer.
Procedente de una familia de estrellas, en la que también destacó su hermano Eduzinho -considerado por João Saldanha como sustituto ideal de Pelé en vísperas del Mundial de 1970-, Zico jugó en el Udinese italiano y en el Kashima Antlers japonés antes de cambiar de rol: se convirtió en entrenador y también fue coordinador y director técnico.
Siempre en la selección brasileña, trabajó como coordinador técnico en la comisión dirigida por Mario Zagallo en el Mundial de Francia 1998. Su relación con el Flamengo y la Selección es bien conocida, pero también cabe destacar que Zico es idolatrado por millones de japoneses, que lo consideran un gran promotor de la popularización del fútbol en su país, donde conquistó numerosos títulos como jugador y director técnico.
