Marinho estuvo en el ojo de la tormenta por la forma en que festejó su gol en la victoria de Fortaleza ante Santos, que sentenció el descenso del Peixe a la Serie B por primera vez en la historia. El atacante de 33 años abrió la cuenta en Vila Belmiro a los 39′, y lo celebró con una mirada desafiante a la afición local mientras se tapaba los oídos.
Su gesto no cayó nada bien, ya que fue jugador del club entre 2019 y 2022. El sábado (9), tras varios días de recibir críticas y reflexionar, el jugador se disculpó con la afición de Santos. En un mensaje publicado en su cuenta de Instagram, Marinho explicó los motivos detrás de su festejo, con mención a su caótica salida de la institución y una fuerte crítica a Andrés Rueda, ex presidente del Peixe.
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El mensaje de Marinho
“¡Mirar el lado humano!
El sentimiento del aficionado es fuerte e incondicional y va más allá de cualquier cosa. Sin embargo, el Marinho del juego permitió que la ira de la minoría de los verdaderos aficionados del Santos FC se apoderara.
Vino la ira, el sentimiento de molestia. ¡Expulsado de la peor manera! Faltando al respeto en la celebración, no en el juego, porque la hombría, la honestidad y el respeto al club que defiendo hoy, que es el Fortaleza.
Pero dejé que la ira me consumiera, los insultos que sufrí durante todo el juego me llenaron de ira. Y descargar todo lo que recibí de los verdaderos aficionados en casi 3 años de club, no de los 15 mil que estaban allí.
Pero, ¡no hay vuelta atrás! Ya pasó. ¡Mi corazón se entristeció! Pero no puedo cargar con una culpa que no fue mía por la situación en la que el club se encuentra. Y, para todos los que se sintieron irrespetados, les pido perdón.
Pero la vida cobra a quienes hacen algo mal, a quienes roban, a quienes matan, a quienes se venden, a quienes manipulan resultados de juegos. Yo no, nunca hice nada malo al punto de sentirme culpable por algo en lo que no tuve nada que ver.
La reacción de un gol vino por todas las persecuciones y reacciones de aquellos que siempre me juzgaron como mercenario, un término fuerte utilizado para aquellos que renuncian al dinero y se les niega una renovación de contrato.
Busqué nuevos horizontes y sé que dejé lo mejor en cada minuto que estuve en el campo. La celebración fue solo un desahogo de la molestia que llevaba conmigo. Volver a la Vila me trajo recuerdos y logros que obtuve jugando allí. ¡Siempre llevaré gratitud!
Termino el tema aquí, y para todos aquellos que durante años me han juzgado y destilado odio a mí y a mi familia por la salida difícil y premeditada de un pésimo presidente de un club al que siempre honré con la camiseta. Solo lamento su dolor.
La vida continúa, ¡y el Santos FC seguirá siendo gigante!”.
