La etapa de James Rodríguez en San Pablo no fue lo que se esperaba. El colombiano tuvo dificultades para adaptarse al fútbol brasileño, nunca logró afianzarse como titular y fue cuestionado tanto dentro como fuera del club. Sin embargo, no es el primer caso de una figura que se marcha del Morumbi de mala manera.
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Renato Gaúcho
El caso de Renato Gaúcho debe ser de los papelones más grandes en un mercado de pases para el club paulista. A sus 34 años, el atacante había acordado su llegada a San Pablo por una deuda que Fluminense mantenía con él. Incluso fue presentado como nuevo jugador del club, pero antes de que firmara contrato, decidió regresar al equipo carioca, ya que le propusieron saldar el dinero que le correspondía.
Rivaldo
A fines de 2010, Rivaldo prometió volver a Brasil para defender los colores del Mogi Mirim, club que también presidía. Sin embargo, su destino en el retorno al país fue San Pablo, donde defendería la camiseta tricolor por el resto de la temporada. De cualquier manera, los 38 años del jugador se hicieron notar: con apenas siete goles en 45 partidos, fue liberado sobre el final del 2011.
Lúcio
En 2012, San Pablo cerró la llegada del campeón del mundo con Brasil en Corea/Japón 2002. Si bien venía de la Juventus, el defensor de 34 años claramente no era el mismo de aquel que levantó la copa más importante del planeta tiempo atrás. A los seis meses de su llegada, fue apartado del plantel por un supuesto acto de indisciplina. Entrenó por separado durante casi cuatro meses, hasta que finalmente acordó la rescisión. Originalmente, había acordado un contrato por dos temporadas.
Dani Alves
Dani Alves regresó a San Pablo luego de salir del PSG en 2019, cuando todavía estaba en un gran momento de su carrera. Pudo dar muestras de su talento y hasta celebró la conquista del Campeonato Paulista en 2021. Sin embargo, ese mismo año comenzaron los problemas. El club, que preveía pagarle su costoso contrato a través de un proyecto de marketing enfocado a explotar su imagen y marca, terminó debiéndole millones. En el acuerdo para rescindir, la institución se comprometió a pagarle cerca de R$ 500.000 por mes durante cinco años.
