En el corazón de Río de Janeiro, el emblemático estadio Maracaná se ha convertido en un símbolo de resistencia, al haber albergado su partido número 56 en 2023. Como nota UOL, esta asombrosa cifra supera hasta en cuatro veces la actividad presenciada en algunos de los principales estadios europeos durante el mismo período.
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¿Cuál es la causa del deterioro del Maracaná?
La acumulación de partidos en el Maracaná – con frecuencia protagonizados por el Flamengo y Fluminense, aunque incluso el Vasco hizo de local allí – contribuyó a una rápida degradación de su césped. Pues la cantidad de partidos que albergó este año es muy superior a la frecuencia de juego experimentada por los principales estadios del planeta.
El Allianz Arena y el Parque de los Príncipes, sedes del Bayern de Múnich y del París Saint-Germain, respectivamente, sólo han albergado 13 encuentros desde principios de año. Es decir, una cifra mucho menor al ajetreado calendario del coliseo carioca.
Incluso el Manchester City, cuya presencia constante en finales supuso una abultada cantidad de partidos la temporada pasada, sólo disputó 18 juegos como local en 2023. El estadio italiano San Siro, compartido por el Milan y el Inter de Milán, fue el que más actividad tuvo en Europa, ya que acogió 33 partidos. Aún así, ha estado lejos del continuo funcionamiento del Maracaná.
Frecuencia de partidos en los estadios más conocidos del mundo en 2023
- Maracaná (Brasil): 56 partidos
- San Siro (Italia): 33 partidos
- La Bombonera (Argentina): 21 partidos
- Etihad Stadium (Inglaterra): 18 partidos
- Santiago Bernabéu (España): 17 partidos
- Estádio da Luz (Portugal): 15 partidos
- Allianz Arena (Alemania): 13 partidos
- Parque de los Príncipes (Francia): 13 partidos
Medidas para salvar el Maracaná
Debido a que el terreno de juego ya nota desgastes por su uso continuo, el estadio cerrará de manera indefinida en busca de que se recupere la mejor versión del césped. Aunque aún no hay una fecha de reapertura confirmada, se espera que el Maracaná vuelva a abrir sus puertas tras la fecha FIFA de septiembre.
Es probable que este descanso sirva para salvar el deteriorado campo de juego y evitar posibles perjuicios para el rendimiento y la seguridad de los jugadores.
El icónico estadio de Río de Janeiro, además, tendrá que estar en condiciones para la final de la CONMEBOL Libertadores, que tendrá lugar el 4 de noviembre.
