La mujer de Dani Alves, Joana Sanz, declaró hoy ante la justicia que su marido “volvió muy borracho” la noche en la que ocurrió la presunta violación por la que el futbolista es juzgado desde ayer en Barcelona. De esta forma, avaló lo que es la última estrategia de la defensa que intenta hacer valer esto como atenuante para una pena más reducida.
“Fue a comer con sus amigos al restaurante. Pasó el día allí y volvió casi a las 4 de la mañana. Volvió muy borracho, una persona con mucho alcohol. Golpeó el armario y se cayó en la cama”, indicó al declarar como testigo en el segundo día de audiencias. “No le he pedido legalmente el divorcio”, respondió al hablar del vínculo legal con Alves.
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Por otro lado, un amigo del ex lateral del FC Barcelona dijo que el futbolista “siguió bailando” al salir del baño en el que presuntamente ocurrió la agresión sexual. Presente en la discoteca Sutton el 30 de diciembre, cuando ocurrieron los hechos que son materia del proceso legal, el testigo, identificado como Bruno, expresó también que la denunciante salió del mismo baño poco después y a continuación decidió irse junto a un grupo de amigas.
El amigo del futbolista dijo que previamente todos estuvieron bailando y cree que todas lo pasaron bien y que entre Alves y la denunciante “había una química respetuosa, sexual, pero con respeto, bailaban juntos”. También explicó que el jugador bebió alcohol esa noche, en sintonía con lo declarado por Joana Sanz.
Por su parte, los Mossos d’Esquadra, la fuerza de seguridad de Barcelona que le tomó declaración a la mujer, indicaron en la audiencia que la denunciante “tenía miedo a que se hiciese público su nombre y se creía que era ella la culpable de todo lo sucedido”. Algunos de los agentes indicaron además que ella tenía “terror y estaba sobrepasada por la situación”.
Alves declarará mañana en el tramo final del juicio por el que afronta una petición de condena a 9 años de cárcel por parte de la denunciante y de 12 años por parte de la Fiscalía. El brasileño está en prisión preventiva hace más de un año, ya que la justicia le negó la excarcelación en distintas oportunidades por el temor a que se fugue.