Brasil logró un empate ante la selección que le eliminó en la última Copa del Mundo, lo que le ha hecho no cobrarse la venganza de dicho torneo pese a las innumerables ocasiones de las que dispuso, por ello, surgen también las dudas por la falta de un diez que le dé más fluidez en su juego ya que la primera parte del encuentro fue algo pausada, Brasil contaba con la posesión del balón mientras que Holanda contaba con las mejores ocasiones.
Los primeros minutos fueron una tromba de ataque de la canarinha, pero que no se vio reflejada en el marcador. Pudo verse en el minuto 12, pero el árbitro decreto un fuera de juego inexistente de Ramires cuando se disponía a dar el pase de la muerte para abrir la lata holandesa. Tras esta gran ocasión Brasil seguía teniendo las ocasiones, pero está superioridad cada vez se hacía más estéril, y Holanda se vino arriba. Tuvo una gran ocasión Afellay tras pase de Van Persie pero se topó con un gran Julio Cesar. Esta ocasión no sería la única que tendría el delantero del Arsenal ya que tuvo otra de cabeza tras un lanzamiento a balón parado, así la orange contaba con las ocasiones a la contra y a balón parado y Brasil con la posesión infructuosa.
La segunda parte fue un calco del primer periodo, Brasil volvió a salir con todo y Neymar en el primer minuto de la reanudación la tuvo tras un gran pase interior del milanista Robinho, pero el cancerbero holandés desbarato la ocasión con una gran mano.
Tras esa gran ocasión la nueva joya brasileña, Neymar, no se vino abajo y dispuso de varias ocasiones más pero en ninguna de ellas encontró el camino del gol. Y es que en estos minutos sino era Neymar quien creaba las ocasiones era Robinho, los dos jugadores más incisivos de la canarinha, que dispusieron de las mejores ocasiones de la selección.
Por el contrario, la selección holandesa en este periodo no contaba con nada, ni con las ocasiones, ni con la posesión, lo que le hacía ser un muñeco a merced de la selección sudamericana.
Pero con el paso del tiempo y los cambios el partido se volvió como en la primera parte, un encuentro monótono y aburrido pero esta vez sin las ocasiones de las que dispuso la orange en la primera. El dato más importante de estos últimos minutos fue la expulsión de Ramires en el minuto 78 por doble cartulina amarilla, la segunda de ellas, algo rigurosa, tras propinar una patada a Arjen Robben.
Los últimos minutos deambularon en un juego muy atropellado y sólo atractivo cuando el esférico caiga en los pies del joven Neymar, quien era el único jugador que proponía algo diferente.
