Después de terminar su última sesión de entrenamiento antes del próximo desafío contra Venezuela, el entrenador Ramón Menezes no podía ocultar su optimismo. Miró hacia delante, apostando con confianza por el cambio de rumbo de Brasil en el Preolímpico.
El partido crucial está programado para el jueves (hoy), a las 20:00 (hora de Brasilia), bajo las luces del estadio Brígido Iriarte de Caracas, una ciudad que bulle de expectación. Este optimismo llega a pesar de un reciente revés, una derrota por la mínima (1-0) ante Paraguay que dejó al equipo con hambre de redención.
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Ramón, esperanzado, compartió:
“Y tenemos mucha confianza… ahora sólo depende de nosotros”. Habló de la necesidad de una actuación sólida, haciendo hincapié en el control y la estrategia para contrarrestar el juego del rival. “Somos conscientes del bombo, de la presión de los dos equipos”, admitió.
Sin embargo, insistió en una victoria basada en la disciplina y el trabajo en equipo: “Nuestro objetivo es ganar, pero a través de nuestro esfuerzo colectivo, manteniendo el equilibrio y mostrando nuestras habilidades futbolísticas”.
El ambiente dentro del equipo fue otro punto destacado para Ramón. Destacó el espíritu vibrante y la unidad entre los jugadores, considerándolo crucial para su éxito. “Se trata de llevar al campo nuestra alegría, nuestra esencia”, reflexionó. La confianza en sus atletas era inquebrantable; los veía como dignos representantes del rico legado futbolístico de Brasil. “Se han ganado su puesto aquí, para vivir este momento… Estamos preparados para un gran partido”, concluyó, pintando un cuadro de un equipo listo para afrontar su reto de frente, animado por la creencia, la preparación y la alegría del deporte rey.
