El 13 de julio de 1994, Brasil se enfrentó a Suecia en un tenso partido de semifinales de la Copa Mundial de la FIFA en el Rose Bowl de Pasadena, California. Este partido no solo era una batalla por un lugar en la final; la Selecao buscaba recuperar su gloria después de una sequía de 24 años desde su última victoria en el Mundial en 1970.
El entrenador Carlos Alberto Parreira eligió un estilo de juego más práctico, diferente del estilo vistoso habitual del país. Se centró más en tener una defensa fuerte, con el objetivo de ganar balones en lugar de solo jugar de manera atractiva.
Suecia, por otro lado, fue la sorpresa del torneo, habiendo encabezado un grupo que incluía a la Verdeamarela y luego eliminando a Rumania en una tanda de penales en los cuartos de final.
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Momentos destacados del partido
El único gol del partido llegó de la mano de Romário en el minuto 80. La jugada que llevó al gol demostró la planificación estratégica de la selección brasileña.
Jorginho avanzó por la banda derecha y entregó un centro preciso al área. Romário, con su característica anticipación y movimiento, logró cabecear el balón a la red, superando al portero sueco Thomas Ravelli.
El cabezazo de Romário no solo llevó a Brasil a la final, sino que también cimentó su lugar como una de las principales naciones de fútbol. Esta victoria fue clave ya que llevó a su partido final contra Italia, donde ganaron su cuarto Mundial en una tanda de penales de infarto.
Romário, nombrado el mejor jugador del torneo, se convirtió en un héroe en casa, encarnando el espíritu duro y elegante del fútbol brasileño.