De cedido en la Serie B al Puskás: los seis meses increíbles de Guilherme Madruga

Ganador al mejor gol del año en los premios The Best, el futbolista tuvo un semestre de película que lo llevó también al Cuiabá.
por
Camil Straschnoy
2024-01-21 09:00:10

El 15 de enero, Guilherme Madruga vivió un día memorable. Asistió a la ceremonia de entrega de los premios The Best de la FIFA en Londres, donde no sólo conoció a sus ídolos, sino que también recibió el prestigioso Premio Puskás al mejor gol del año. Ese día también se oficializó su fichaje por el Cuiabá, club de la máxima categoría del fútbol brasileño.

De pie en el escenario, con una mezcla de emoción y humildad en su voz, Madruga expresó sus sentimientos: “Hoy es un día único en mi vida. Sin duda será recordado por todos los que han estado a mi lado desde el principio”.

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La trayectoria de Madruga hasta llegar a este punto comenzó el 27 de junio de 2023, cuando aún militaba en el Desportivo Brasil, cedido al Botafogo-SP de Ribeirão Preto, en la Serie B. Su aspiración era simple, pero profunda: asegurarse un contrato permanente y cumplir un sueño que su padre anhelaba. En medio de ambiciones modestas, Madruga logró un momento de brillantez con un espectacular gol de chilena a larguísima distancia, hazaña que le valió más tarde, en septiembre, una nominación al Premio Puskás.

En noviembre, cuando la temporada brasileña alcanzaba su apogeo, el sueño de Madruga se acercaba cada vez más a la realidad. Celebró su cumpleaños con la noticia de su fichaje definitivo por el Botafogo-SP. Sin embargo, el destino le tenía reservadas más vueltas. En vísperas de la ceremonia de la FIFA, llegó un anuncio: el Cuiabá había fichado a Madruga, un jugador polivalente que se desenvuelve tanto en la defensa como en el centro del campo.

“Cuando marqué aquel gol, estaba cedido y sólo quería que el club me comprara… Desde entonces, me compraron, pero luego me volvieron a vender, y ahora se ha anunciado que jugaré en la primera división de Brasil”, reflexionó Madruga.

En la ceremonia, en medio de una galaxia de grandes del fútbol como Ronaldo, Cafú y Roberto Carlos, habló de la creatividad por excelencia del fútbol brasileño, inspirándose en leyendas como Rivaldo y Ronaldinho Gaúcho. “Este tipo de creatividad siempre está presente en el fútbol brasileño… Sólo intenté algo y tuve suerte”, compartió.

El discurso de Madruga se tornó conmovedor cuando mencionó a su familia. Habló del apoyo inquebrantable de su padre y de las lágrimas de añoranza y alegría de su madre, a quienes dedicó su éxito: “Papá, todos los que te llamaron loco por llevarme a entrenar cuando tenía 13 años. Mamá, todas las veces que te escondiste y lloraste mientras yo estaba lejos valieron la pena. Dedico esto a mi familia, que está en Brasil, todos juntos. Es un sueño estar aquí, entre mis ídolos. Gracias a Dios. Gracias a todos”.

Ese día no sólo supuso una victoria personal para Madruga, sino la culminación de los sueños y sacrificios de su familia.

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