Como antesala al Mundial 2022, Sambafoot publica una retrospectiva con todas las ediciones del Mundial. Esta semana hablamos de la tercera edición, celebrada en 1938.
Después de un dominio uruguayo en la década de 1920, los años siguientes vieron a Italia convertirse en la mayor potencia del fútbol mundial. Esto se confirmó en la Copa del Mundo de 1938, cuando la selección del país ganó dos veces el campeonato mundial.
La tercera edición de la Copa, celebrada en Francia, fue la última antes de la Segunda Guerra Mundial, que interrumpió la organización del torneo. Además, un jugador brasileño no ganó el título, pero triunfó con sus goles y actuaciones. ¡Recuerda cómo fue la disputa!
Homenaje define la sede de la Copa
Tres países postularon para albergar la tercera edición de la Copa del Mundo: Alemania, Argentina y Francia. Después de albergar los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín, el objetivo de los alemanes fue, nuevamente, utilizar el deporte como propaganda para el régimen nazi.
Por otro lado, Argentina esperaba una rotación entre continentes, ya que la última se había organizado en Italia. Al final, la decisión fue para Francia, principalmente para honrar a dos funcionarios de la FIFA: Jules Rimet y Henri Delaunay.
Uruguay y Argentina boicotean el torneo
Debido a la decisión de albergar la tercera Copa del Mundo en Francia, Argentina decidió no participar en el torneo, en un boicot al que se sumó Uruguay, primer campeón mundial. Brasil y Cuba fueron los representantes estadounidenses, la única vez que el país caribeño estuvo en la Copa del Mundo.
Otras dos selecciones importantes quedaron fuera del torneo: España, como sanción a la Guerra Civil que atravesaba el país, e Inglaterra, que tenía problemas con la FIFA y no consideraba la Copa como una competición de gran importancia.
Participantes concentrados en Europa
En 1938, la FIFA adoptó una plaza automática para el campeón defensor (Italia), que se siguió hasta la Copa del Mundo de 2002. Por lo tanto, Francia e Italia no necesitaban jugar para clasificarse. En el resto, solo tres lugares tenían como destino otros continentes, dos para América y uno para Asia.
Así, 13 de los 16 equipos eran del Viejo Continente, lo que representa la mayor proporción en la historia del torneo. Al final, solo participaron 15, porque Austria fue anexionada por Alemania. Incluso, algunos jugadores austriacos defendieron a la selección alemana en la Copa.
Italia confirma favoritismo y se lleva el campeonato
La fórmula de disputa fue la misma que en 1934, en formato de playoff con desempate. Suecia, que se enfrentaría a Austria, avanzó directo a los cuartos de final. Los partidos se jugaron bien: cinco de ellos se fueron a la prórroga y dos se decidieron en el desempate.
Una de las favoritas al título, Alemania fue la gran decepción. En el primer partido se adelantó en el marcador, pero empató 1-1 con Suiza. En el desempate abrió 2 a 0 y el cuerpo técnico incluso avisó a Adolf Hitler de la victoria, pero los suizos dieron la vuelta y ganaron por 4 a 2. Una de las razones aducidas para la eliminación fue el distanciamiento entre alemanes y austriacos.
Por su parte, Italia necesitó de la prórroga para vencer a Noruega, y Brasil, en un partido de locos, venció a Polonia por 6-5 con hat-trick de Leónidas. Uno de los goles, por cierto, lo marcó descalzo, porque iba a cambiar de equipo, pero recibió una gran ocasión y desistió de calzarse las botas.
Brasil vs Italia: la final esperada
En los últimos cuartos, Brasil necesitaba romper el empate para avanzar contra Checoslovaquia, lo que se conoció como la “Batalla de Burdeos”. Además de las expulsiones, los jugadores incluso fueron hospitalizados. Ambos partidos fueron desbocados y anotaron en semifinales, cuando la Selección se enfrentaba a Italia.
En una polémica decisión, el entrenador Ademar Pimenta decidió darle descanso a Leónidas. No se sabe si fue por exceso de confianza en la clasificación o por lesión. El caso es que Brasil no jugó bien y fue presionado por el rival, que abrió 2-0 en el marcador. Romeu Pellicciari redujo el marcador, pero la eliminación estaba decidida.
En la gran decisión, Italia ganó 4-2 a Hungría, nuevamente con amenazas de Mussolini. El capitán del equipo era Giuseppe Meazza, que hoy toma su nombre del estadio que comparten Inter y Milán. En el parte por el tercer puesto, Brasil venció a Suecia por el mismo goleador, nuevamente con exhibición de Leônidas.
Leonidas finaliza como máximo goleador y mejor jugador
A diferencia de años anteriores, la Selección Brasileña dispuso de su máxima fuerza para buscar su primer título mundial. El gran nombre de ese equipo era Leonidas da Silva, del Flamengo. Su apodo “Black Diamond” inspiró la marca de chocolate que aún existe en la actualidad.
La campaña de Brasil se detuvo en las semifinales, con una derrota ante los campeones Italia, pero Leônidas fue el punto culminante de la Copa del Mundo. Con siete goles, acabó como máximo goleador e incluso fue nombrado mejor jugador. Muchos lamentan su ausencia en la semifinal, lo que contribuyó al resultado negativo.
Primera Copa del Mundo transmitida por radio a Brasil
Un hito interesante es que la Copa del Mundo de 1938 fue la primera en ser transmitida en vivo por radio a Brasil. Rádio Inconfidência, fundada en 1936, narraba los juegos a toda la población de Minas Gerais.
A pesar de no tener un final feliz para los brasileños, la campaña fue vista con buenos ojos. Tras una temprana eliminación en Italia, el equipo mostró fuerza y consiguió ese sabor que incluso podría haber ganado la competición.
La Copa del Mundo de 1938 fue la última antes de la Segunda Guerra Mundial
Finalmente, la Copa de 1938 fue la última antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, que dejó congelado el torneo hasta 1950. Así, Italia conservó su título durante 16 años en total, pues ya había ganado la edición anterior, en casa.
Una leyenda de este torneo es que, durante la guerra, el funcionario de la FIFA italiano Ottorino Barassi escondió la copa de 1938 en una caja de zapatos en su habitación para evitar robos. Una historia más razonable es que se quedó en el Vaticano, bajo el cuidado de la famosa Guardia Suiza Pontificia.